sábado, 15 de junio de 2019

Hoy dejo las armas.

                     HOY DEJO LAS ARMAS

Sr. General:

Usted ordena que haga mi cama,
que lustre mis botas, que limpie las armas y luche en batalla.
Cómo quiere que haga mi cama
si nací en un petate y he dormido encima de varas de otate.
Cómo quiere que lustre las botas
si ando en huaraches y   a veces camino descalzo porque así me nace.
Cómo quiere que limpie las armas
si me gusta limpiar de hierba los surcos  del campo.
Cómo quiere que luche en batalla
si a mi me gustan los campos floreados, amar las abejas, la miel de las flores y mirar el cielo poblado de nubes.

Sr. General:

Con todo respeto este día renuncio y regreso al rancho
a sembrar la milpa y como las abejas a construir colmenas rellenas de letras.
Hoy dejo las armas y agarro la pluma porque no me pesa.
Dejo el verde olivo y agarro la pluma que es blanca y hermosa como la paloma.
Hoy regreso al campo de las bellas flores y de las letras porque así me nace.
Hoy siembro palabras que produzcan frutos de paz y de vida.
Hoy hablo de paz y dejo la guerra.
Hoy hablo de paz y dejo las armas.
Hoy regreso al rancho y siembro la milpa que también es verde.

Sr. General:

Dejo el verde olivo y regreso al campo lleno de magueyes.
Dejo el verde olivo y regreso al campo que también es verde.
Dejo el uniforme, las botas y el rifle y regreso al campo a usar mis huaraches y a sembrar la milpa y también palabras que hablen de paz y acaben las guerras.




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